La «Inmunidad Cognitiva» Argentina

A poquitos días de conmemorar el primer año de las medidas más exigentes de cuidados sanitarios en términos poblacionales por parte del Ejecutivo Nacional, y conteniendo todo lo discutido y/o analizado en los distintos medios de comunicación como fuentes de información ciudadana, sean como puente de las decisiones gubernamentales como del monitoreo de las resultantes del virus, al margen de toda la batería de alternativas para su tratamiento, donde se resaltaba superlativamente que el recurso de la inmunización indicaría la luz verde a la derrota de la pandemia; es que nos propusimos indagar sobre una serie de indicadores que argumentaran las acciones de los ciudadanos frente a semejante evento.

El punto es que, tomando como base la teoría de disonancia cognitiva, la cual sostiene que los cognitivos de los individuos, en este caso, de los ciudadanos argentinos, están compuestos por acciones, sentimientos, opiniones, cuestiones coyunturales, en definitiva responden a la información con la que puede afrontar cada evento de su vida. De modo que, esto puede activarse cuando las expectativas y creencias individuales no encajan con la otredad compartida.

Y he aquí, que cuando preguntamos sobre el resultado esperado ante la acción del acto de vacunarse, observamos que un 22% de los argentinos dice que lo hacía para “NO CONTAGIARSE”. Esto indica rápidamente el espectro disonante sobre la falaz verdad asumida individualmente, lo cual despierta un signo de interrogación y alarma concomitante digno de ser abordado. Es más, cuando a ese grupo, uno lo descompone por franjas etarias, justamente en el 33 de 100 ciudadanos tienen más de 60 años de edad, lo cual supone un relajamiento social en otras medidas de cuidados preventivos sobre el abordaje de la pandemia.

Por otro lado, un dato no menor es el 15% de toda la población que tiene decidido “NO VACUNARSE”, esto es sin considerar cualquiera de las vacunas, sea por el origen, por la tecnología utilizada, por la aplicación de la misma o la razón que fuere; lo cierto es que tiene decidido no realizar una acción de inmunización. El agravante etario está en los jóvenes de entre 18-30 años que ocupan el 26% de todo este grupo social. Otra alarma sociosanitaria a considerar.

Respecto a la confianza percibida acerca de la información oficial referenciada en forma diaria sobre la dinámica de la expansión / contracción del COVID19, la sociedad argentina se manifiesta negativamente en un 60% atribuyendo las categorías de poco y nada. Esto implica que 6 de cada 10 argentinos no confían con los datos provistos e indudablemente excede a las cuestiones al abordaje y otras cuestiones ya que las expectativas parece que andan en carriles distintos a la mayoría de la sociedad.

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